jueves, 28 de enero de 2016

Cuidado con el Exceso de Vitaminas

No es un secreto que hoy el ritmo de nuestra vida, agitado, desesperado y veloz, sea por el trabajo, la escuela, los hijos, etc, nos genera una mala alimentación, pues no le dedicamos el tiempo necesario a la comida, en su lugar muchos optan por comprar lo último en suplementos vitaminicos, acumulando decenas de tabletas y pomos de la farmacia. Peor aún es que no lo consultamos con un médico y en lugar de cuidar nuestra salud, terminamos por deteriorarla.Depresión y Estrés: 5 Remedios Naturales para Tratarlos
¿La razón? Debido a que hay vitaminas que nuestro cuerpo no las puede eliminar fácilmente y al ser consumidas a diario, se acumulan y además pueden ocasionarnos una severa intoxicación o algún tipo de trastorno. Si tú eres amante de estos suplementos para aumentar tu energía o fortalecer tus defensas, lee atentamente este artículo y toma nota de aquellos de los que no debes exceder su dosis.

Vitamina A

A la Vitamina A la podemos encontrar en los lácteos, el huevo y en algunas carnes, especialmente en el hígado de res y de pollo. En los vegetales, en su mayoría, están en aquellos de colores amarillos, rojos y verde, por ejemplo en las espinacas, lechuga, brócoli, tomate, durazno, papaya, espárragos, mango, entre otros.
A esta vitamina también se le conoce como retinol y su consumo nos trae muchos beneficios como la mejora de la visión, salud de nuestra piel, haciéndola más lozana y previniendo las afecciones cutáneas por alergias y sensibilidad, por su contenido en betacaroteno. Asimismo promueve la formación de tejidos blandos, huesos, dientes y de células. Otro efecto positivo es a nivel respiratorio, evitando las enfermedades infecciosas.
Debilidad, anorexia, pérdida de visión
Sin embargo hay que estar alertas, pues si lo consumes en exceso, más de la dosis permitida pueden desembocar en una hipervitaminosis A, que a su vez te generará, dolor de cabeza, pérdida de peso, anorexia, vómitos náuseas, alopecia, insomnio y debilidad, sumado a ello pérdida de visión; incluso puedes enfermar a tu hígado y afectar el sistema nervioso. Lo más grave resultaría si una mujer embarazada abusara del consumo de esta vitamina, pues podría haber malformaciones en el feto.

Vitamina B

Las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B5, B6, B7, B12, ácido fólico) son muy buenas para generarnos energía y para la formación de glóbulos rojos, están en las proteínas del pescado, pollo, carne de res, huevo, productos lácteos, en los vegetales de hojas verdes, en los frijoles y también en las habas o judías.
Pero si nos excedemos en el consumo de ácido fólico y Vitamina B12, que encontramos en las vísceras de la res, los mariscos y en cereales; podemos contraer urticaria, irritabilidad y tendremos trastorno del sueño.
Vómitos y diarreas
En principio, si fuéramos personas sanas, no nos debería pasar nada grave, sin embargo el problema radica cuando tenemos alguna afección y no lo sabemos y simplemente nos auto-medicamos con los suplementos de farmacia.
En ese caso, se ha observado pacientes con vómitos, diarreas y desórdenes gástricos, mareos, pérdida de memoria, nerviosismo y palpitaciones, en casos extremos hasta parálisis facial y de cuerpo.

Vitamina E

La vitamina E tiene propiedades antioxidantes, antienvejecimiento y es excelente para nuestra piel. También interviene en la producción de glóbulos rojos y los especialistas coinciden en que protege a la glándula suprarrenal y es recomendable su consumo para aumentar la fertilidad masculina. Lo encontramos en la palta (aguacate), en el chocolate, en lácteos, nueces, almendras, legumbres, entre otros.
Coagulación sanguínea alterada

Pero lo negativo es cuando, en lugar de consumirlo en nuestros alimentos naturalmente, lo tomamos en pastillas y nos excedemos. Lo más grave que puede ocurrir es un accidente cerebrovascular hemorrágico, pues altera la coagulación sanguínea, también hay estudiosos que refieren puede aumentar los riesgos de cáncer de próstata en los hombres y el riesgo general de muerte por todas las causas.

Vitamina D

Se le conoce por ser el complemento perfecto para el calcio y el fósforo, pues su consumo hace que estos minerales puedan ser absorbidos eficientemente para la formación normal de nuestros huesos. Es por ello que su deficiencia puede ocasionarnos osteoporosis en adultos y raquitismo en los niños.
Generalmente podemos obtener esta vitamina con una breve exposición a los rayos del sol y naturalmente está en el pescado graso, la res, la yema de huevo y el hígado, debido a que son pocos los alimentos que la contienen, a muchos se les agrega químicamente; puedes reconocerlo cuando vas al supermercado y lees que un producto dice “enriquecido o fortificado con Vitamina D”.
Esa es la razón que algunas personas necesitan dosis extras, el problema reside cuando no acuden a un médico y suelen abusar de su consumo, lo que podría causar daño a los riñones, cálculos renales, debilidad pérdida de peso, confusión y desorientación, naúseas y vómitos.

Lo que debes hacer

No debes jugar con tu salud, es cierto que podemos carecer de algunas vitaminas y/o nutrientes, pero la solución está en tus comidas, hay que balancear los alimentos y en lo posible evitar los suplementos vitamínicos. Si eres vegetariano y necesitas adicionarlos, acude antes a un médico, no te auto mediques.

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